Cuba, Cuba querida
¡como te extraño!
alejada de mi vida,
recordándo tus bellezas
el sol candente que anida
con sus rayos tú realeza
Los campos con sus palmeras
el verdor de tus paisajes en flor
parecen resurgir de una nueva era
semejante al paraíso encantado
que un ruiseñor hubiera
en su vuelo encontrado
La brisa que con amor brinda
frescura ilimitada a sus hijos,
el sol que baña las playas lindas
las noches de ensueño y placer
que dormita y despierta al ser
brindándole un nuevo amanecer
Eso, Cuba preciosa
eres cadil de tu figura
y como Tú no habrá en hermosura
aunque la vida sea dura...
Salomé, 1994
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